Fuera de mí para siempre, lejos de ti y de lo que fuimos, debo admitir que no te olvido, aunque sea mentira.
Ahora que puedo beberme tus ojos sin miedo ya a ahogarme en ellos, podría decir "aún te deseo", pero sería mentira.
Para siempre herido de ti, pero libre de ti desde hace un siglo, hoy puedo desmentir que habites mis recuerdos, mis labios o mis miedos. Eso es mentira. Mentira, mentira.
(Para siempre herida de ti, pero libre de ti desde hace un siglo, hoy puedo desmentir que habites mis recuerdos, mis labios o mis miedos. Eso es mentira. Mentira, mentira.)
Yo, que por no tener no tengo ni siquiera el consuelo de haber dormido en tu pelo como el humo entre la escarcha, no me voy a permitir la alegría infantil de regalarte una lágrima. Ni aunque fuese de mentira.
De mentira, mentira, mentira,
una lágrima de mentira. Sólo una lágrima.
Para acariciar tu piel, no necesito un papel, ni un lienzo ni una pizarra. Me basta con recorrer con los dedos tanta sed como dejaste en mi alma. Aunque sería mentira. Mentira, mentira.
Pues en ese pozo de mi vida jamás hubo agua. Ni antes ni ahora. Nada. Nada más que mentiras.
Yo, que sobreviví a tu desprecio, herido de ti y de tus besos, podría decir que aún te quiero con toda el alma, pero tú sabes también que aunque te sonara bien eso sería mentira. Mentira, mentira, mentira, mentira. Todo sería mentira. Mentira, mentira, mentira.
(Yo, que sobreviví a tu desprecio, herida de ti y de tus besos, podría decir que aún te quiero con toda el alma, pero tú sabes también que aunque te sonara bien eso sería mentira. Mentira, mentira, mentira, mentira. Todo sería mentira. Mentira, mentira, mentira.)
Bello poema, desconcertante, desgarrador, sus versos esconden desasosiego. Aún con todo, enhorabuena, maestro.
ResponderEliminarGracias, Maribel. Muchas gracias.
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