martes, 28 de octubre de 2025

La canción del Otoño

José Joaquín Rodríguez Lara

Al final del Invierno, los países nórdicos reciben con patatas cocidas y otros alimentos a las grullas, que llegan de España en cuyos campos se han estado alimentando, desde el final del Verano, con bellotas de las dehesas extremeñas, con maíz de las tierras de regadío y con otros granos.
    En los países nórdicos, el gruar de las grullas, su trompeteo, anuncia la Primavera. ¡El final del frío y el de los hielos!
    Yo acabo de salir al balcón para recibir a la lluvia. Llega del Noroeste, después de haberse alimentado en el Océano. La acaricio mientras me empapa. La recibo con esperanza, porque fecunda a las dehesas y anuncia que empieza el Otoño. La mejor estación del año, la más generosa, la plena de sensata madurez, la de frutos más necesarios. Si no hubiese castañas, bellotas, nueces, piñones..., el año moriría de hambre tras el Verano.
    La lluvia es la canción del Otoño. Y las grullas lo saben.

lunes, 27 de octubre de 2025

Guardiola deja a Gallardo sin piso de soltero


José Joaquín Rodríguez Lara


Doña María Guardiola, que preside el Gobierno de Extremadura, ha tomado la legítima decisión de adelantar la convocatoria de las elecciones regionales al 21 de diciembre. Esto es bueno y malo, a la vez y en igual medida, para Miguel Ángel Gallardo, protagonista estelar en la contratación del hermano de Pedro Sánchez, como coordinador musical de la Diputación de Badajoz cuando la presidía el propio Gallardo.
     Se dice, se comenta, se especula con que el PSOE elegiría a Gallardo senador, por la Asamblea de Extremadura, en sustitución del fallecido Guillermo Fernández Vara. D
urante esta legislatura. Esto acrecentaría su blindaje frente a la Justicia y entorpecería el procesamiento del hermano músico. La disolución de la Asamblea, debido a la convocatoria de elecciones, ya no permite o, al menos, retrasa la designación de Gallardo para ocupar un escaño en la Cámara Alta. También dificulta enormemente la designación de un cabeza de lista sin juicios pendientes que sustituya a Gallardo en la papeleta electoral. Salvo que se haga manu militari, usando el dedo índice como espada de gobernar.
    Se dice, se comenta, se especula con que el sustituto de Gallardo iba a ser el también extremeño Carlos Cuerpo, actual ministro de Economía y de algunos departamentos más. Sacar a Cuerpo del gabinete de Sánchez para hacerlo cabeza de lista y candidato a la Presidencia de la Junta de Extremadura es un buen pretexto para justificar y difuminar una crisis de Gobierno más amplia, ahora que los amigos catalanes aseguran que van a dejar vendido y en la cuneta a Sánchez.
  Sin embargo, todo parece muy precipitado. Demasiadas urgencias. Excesiva improvisación. No está el horno para bollos y hasta las recetas más simples requieren su tiempo para cocinarlas. Así que la convocatoria electoral deja a Gallardo, por ahora, sin piso de soltero en Madrid, tan cerca y tan lejos de la habitación de invitados que seguro hay en el palacio de la Moncloa, pero a cambio le garantiza seguir viviendo del sueldo de diputado por la Asamblea cuatro años más.
     Menos da una piedra, niño.

viernes, 17 de octubre de 2025

Narración escrita y publicada por mi amigo y colega Julián Leal.


UN RINCÓN DEL MERCANTIL

(Dedicado a J. J. Rodríguez Lara)


Conocí a Joaquín una noche. De invierno, supongo, porque recuerdo que hacía frío y la ciudad parecía como dibujada en papel de estraza, como ese que los carniceros utilizan para envolver la mercancía. Todo adquiría ese color gris de ceniza y quedaba sin contornos, casi disuelto entre el vaho de una espesa niebla. Sólo al llegar a la puerta del Mercantil se podía distinguir la luz de neón que rotulaba su nombre. Dentro del local, el ambiente no era muy diferente al de la calle. Una espesa capa de humo flotaba ondulándose sobre las cabezas de los clientes, los habituales de madrugada. Yo había llegado poco antes de que él apareciera y me acodé en el rincón en que solía refugiarme. Le vi entrar con ademán resuelto, enfundado en un sombrero de ala ancha, con su gabardina desabrochada y con un envoltorio de periódicos bajo el brazo. No distinguí bien su cara, porque mis gafas estaban tan empañadas como la noche y tan pastosas como el suelo del bar. Ya había visto lo suficiente y no me preocupaba de limpiarlas.
        El recién llegado se recostó en la barra y apoyaba su pierna en el taburete sobre el que puso el fajo de periódicos y su sombrero. Desprendido de él bajo y bajo los focos de luz pude leer su cara en la distancia. Ojos vivos, nariz achatada y barba recortada en un rostro redondeado de rasgos achinados. Ése es un sabueso, murmuré en voz baja antes de agotar de un trago la cerveza.
     -Es un periodista, me corrigió Lucky atento siempre a mis necesidades, mientras arrancaba la chapa de una nueva botella de Budweiser.
      -Es un sabueso, insistí. Será un periodista, pero de ésos que olfatean la noticia y no descansan hasta arrancarla a dentelladas y conseguir su presa. Pero parece de fiar, buen muchacho, dije con un golpe de hipo.
         -Sí, es un gran tipo, apostilló Lucky.
       Policías, periodistas, detectives...los mismos perros con distintos collares. Sabuesos. Podía identificar a los de esa raza a distancia y sin ver. Sé dónde suelen husmear y adónde acostumbran a acudir cuando siguen algún rastro. Los bares como el Mercantil son buenos caladeros donde echar las redes para captar confidentes y pescar noticias frescas. En esos lugares siempre hay gente dispuesta a hablar de más y revelar algún secreto a voces por unas copas. Sabuesos. Les conocí bien en los tiempos en que trabajaba para El Polaco, un tipo sin escrúpulos y sin estómago que fabricaba fiambres por encargo y podía tragárselos si convenía para ocultar el cuerpo del delito. Fue en esa época, ya hace años, cuando empecé a notar muchos huecos en la boca y mi nariz quedó aplastada con la rotura del tabique nasal. La vida me ha dado muchos golpes por cuenta ajena. Ahora los únicos dientes que me quedan son los de mi peine y éste ya no tiene cabellos que alisar.
     -Por los viejos tiempos, dije balbuceando en un brindis conmigo mismo alzando el botellín
   En aquel momento nuestras miradas se cruzaron. El periodista me descubrió en el rincón y pensó que tal vez yo sabía algo del caso que traía entre manos. Algo susurró a Lucky por que vi a éste inclinarse y pegar su oído a la boca de Joaquín. El camarero meneó la cabeza en sentido negativo. Seguramente intentaba invitarme para entablar conversación y hacerme alguna pregunta. Y yo, Lucky lo sabía, no me prestaba a eso. Ya no estoy para nadie. Ni siquiera para Susan, quien a pesar de todo aún está dispuesta a recogerme y a prestarme su cama las noches que me dejan tirado a la puerta del Mercantil. Ahora el único cuello que sé abrazar es el de la botella y la única boca que beso es la que puede proporcionarme un chorro de cerveza.
        -Ponme otra, Lucky.

lunes, 13 de octubre de 2025

 Vivir entre ramblas


José Joaquín Rodríguez Lara

https://elpostigodelara.blogspot.com/


Anoche, mientras la madrugada daba sus primeros saltos sobre las paseras de algodón para vadear el río de las sombras y cruzar hasta la orilla de un nuevo día, vi que el cielo se iluminaba con fogonazos blanquísimos. Más blancos, incluso, que la cara de la Luna, asomada en cuarto creciente, como quien se despierta y continúa en la cama, aguardando a que algún empujón de la voluntad le ponga en pie. La tormenta estaba alta y lejana. Allá por El Charco. Hacia el Atlántico. En el Oeste. Se veían las explosiones de luz, pero no los relámpagos. Tampoco oí truenos. Aquella tormenta me pareció una solitaria bombilla que pendiera de un hilo eléctrico y se encendiese brevemente según la zarandease el viento. Destapé los caños para prevenir inundaciones. Pero no llovía. Esta mañana, los sumideros estaban tan secos como ayer.  Mientras tanto, en el Levante, continuaba lloviendo a mares.
        En días así siento que nos han secuestrado la lluvia. Que amarran las nubes a la otra orilla para ordeñarlas con avaricia hasta dejarlas secas. Luego, cuando llegan hasta nosotros, si es que logran escapar del corral en el que las encierran y se nos acercan, vienen ya con poca leche. Sin agua.
        Lo que más me asombra es que tanto la mucha lluvia como su carencia les destroza la vida a quienes viven mirando al cielo. ¿Qué esperan que ocurra si habitan entre ramblas?

domingo, 5 de octubre de 2025

 - Siento escalofríos cada vez que leo o escucho
un elogio sobre Guillermo Fernández Vara.
Después de cinco años como presidente de la Junta
de Extremadura, con mayorías absolutas;
de trece años como consejero y de no sé cuanto tiempo como director general 
en gobiernos
con mayorías absolutas;
de ser vecino, amigo y sucesor ad hoc
del todopoderoso Juan Carlos Rodríguez Ibarra,
que sólo una vez gobernó sin mayoría absoluta;
de ocupar una vicepresidencia en el Senado,
después de formar parte de la cúpula dirigente
del PSOE 
un año tras otro,
el 99,99 por ciento de los elogios que se le están tributando tras su muerte coinciden en afirmar
que Vara ha sido una buena persona.
¡Una buena persona!
Lo dicho, se me eriza la piel.

sábado, 4 de octubre de 2025

 - Me niego a opinar sobre la vida y los hechos 
de una persona que ya no puede defenderse
ni siquiera de los elogios inmerecidos.


jueves, 18 de septiembre de 2025

- La ciencia es la religión más clara,
racional y exacta
que conozco.