La vida en el tablero (8)
Si el amor sólo fuera ausencia
y hambre de regalar alegría,
el desamor tendría compañía
y la soledad sería presencia.
Pero el amor es la inocencia
de suponer que damos cada día
lo mejor que en nosotros había
sin exigir jamás correspondencia.
Nos damos y nos damos por completo,
poniendo la vida en el tablero.
Un guiño, una carta, un soneto
apostamos al azar traicionero
y no es para nadie un secreto
que cambiamos amor por un te quiero.
(De mi poemario ‘La ausencia que te nombra’)
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