Vara, el notario y la madre
José Joaquín Rodríguez lara
Guillermo Fernández Vara, candidato del Partido Socialista Obrero Español a la Presidencia del Gobierno de Extremadura, ha decidido registrar ante notario un conjunto de 50 medidas que aplicará si es investido presidente de los extremeños.
Está en su derecho de hacerlo así, aunque me resulta muy chocante que lo haga.
Previa solicitud de sus servicios, los notarios pueden levantar acta y dar fe de cualquier cosa que vean, oigan o se les cuente, como es el caso de Vara. Pero las declaraciones unilaterales de intenciones son sólo eso, meras intenciones, y obligan al declarante lo mismo o incluso menos que los buenos propósitos con los que algunas personas acostumbran a iniciar el año: después de Reyes me pongo a dieta y dejo de fumar y también aprendo inglés para siempre. Declarar ante notario que se va a hacer lo que se cree que se debe hacer tiene tanta carga de obligatoriedad como hacerle promesas a la virgen siendo ateo.
Y no es que me parezca malo, es que me resulta increíble.
Lo que hace Fernández Vara es firmar un contrato, pero no 'con' sino 'ante' la ciudadanía, 'ante' el electorado y más específicamente 'ante' sus votantes, comprometiéndose públicamente y por escrito a tomar 50 medidas concretas en tiempo y forma. Esa declaración 'ante' notario la suscribe él, no la ciudadanía ni el electorado ni los votantes del PSOE. El notario dará fe de que Fernández Vara le asegura que va a tomar 50 medidas, pero ni vigilará que las tome ni saldrá en defensa de la población si no las toma.
Guillermo Fernández Vara, expresidente de la Junta de Extremadura. (Fotografía difundida por ) |
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