jueves, 16 de julio de 2015

'Edipo Rey', teatro para espectadores ciegos


José Joaquín Rodríguez Lara


Paco Déniz, Elena González, Natalia Hernández, Juan Antonio Lumbreras y Eva Trancón acaban de poner sobre la escena del Teatro Romano de Mérida un texto limpio, contundente y claro. Sobre todo muy claro. Tan claro que no es necesario mirar hacia el escenario para disfrutarlo, pues se entiende perfectamente simplememte oyéndolo.


El 'Edipo Rey' ofrecido por el 61 Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida parece teatro leído. El texto lo es todo en este montaje: no hay acción.


El rey Edipo, sin duda el personaje más desgraciado del teatro grecolatino, se arranca los ojos para no verse como asesino de su padre, como esposo de su madre y como hermano de sus propios hijos e hijas. Los espectadores asistentes a la representación podrían haber hecho lo mismo que Edipo: sacarse los ojos o cerrarlos o volver la cara, con la seguridad absoluta de que no se perderían nada de la obra.


En este 'Edipo Rey' hay mucho que escuchar, pero nada que ver. Es un espectáculo muy adecuado para espectadores ciegos. Más que una representación teatral parece teatro radiofónico. Y teatro radiofónico de calidad. Salvo algún pequeño fallo, la dicción es muy buena durante toda la representación, que dura aproximadamente una hora. El sonido, también.


En esta obra no hay decorados, excepto la columnas y estatuas del imponente frente escénico del Romano. El vestuario tampoco es llamativo. Carece de cualquier relación con el mundo clásico. El reparto viste 'a la europea', que dicen los norteamericanos. El atuendo de Edipo recuerda un poco a la falda-pantalón que durante un tiempo lució Miguel Bosé en sus conciertos. Y Yocasta, su madre y esposa, luce un vestido que parece sacado de la serie 'Cuéntame' y, más concretamente, de baúl de aquella doña Carmen Polo de Franco que salía en el NODO, en la televisión y en las páginas de huecograbado del diario Abc. Todo ello en blanco y negro.


Edipo; integrante del coro e hija de Edipo; Yocasta; Creonte; Tiresias, pastor e hija de Edipo. (Fotografía de Jero Morales.)
Los cinco integrantes del reparto se sientan a una mesa de comedor cubierta con un mantel blanco, sobre la que hay unos platos, unas copas y una vasija con agua. En torno a la mesa se desarrolla toda la obra, desde el principio hasta el final. Hay personajes a los que se espera, porque tardan, pero no pueden llegar porque están sentados a la mesa desde el primer momento. En este 'Edipo' la falta de movimiento es atroz. Hay tan poca acción en esa mesa que los comensales ni siquiera comen.


En realidad la mesa resulta uno de los elementos más anacrónicos del montaje. Edipo, Yocasta, Creonte, Tiresias, el dúo que hace de coro y de las hijas de Edipo -casi todo el reparto interpreta a varios personajes- permanecen sentados en torno a esta mesa como podrían contar la historia mientras jugaban a las cartas, charlaban recostados en un tresillo o apoyados en la barra de un bar. En este montaje lo único imprescindible es el texto.


Si en vez de estar sentados en torno a una mesa de comedor, lo hubiesen estado a la mesa de un estudio radiofónico, si las copas hubiesen sido sustituidas por micrófonos de radio, con sus correspondientes cortavientos, si en lugar de platos tuviesen auriculares, el montaje resultaría menos chocante.


Pero no es un mal montaje. Y la interpretación es buena. Simplemente no parece una puesta en escena muy adecuada para el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y para el Teatro Romano emeritense. Y no porque le falte calidad, sino porque no aprovecha ni el Festival ni el Teatro. Con otro montaje, este Edipo podría satisfacer mucho más. Claro que para un solo pase y a mitad de semana, ¿quién se mete en más líos y en más gastos? Bueno está el chaleco para quien es padre.


Más de 1.500 personas han visto la representación de un 'Edipo Rey' que no desagrada, pero tampoco satisface completamente. Sabe a poco porque podía haber dado mucho más de sí. Entre los espectadores estaban su señoría Blanca Martín Delgado, presidenta de la Asamblea de Extremadura, doña Esther Gutiérrez Morán, consejera de Educación y de Empleo, y don Santos Jorna Escobero, consejero de Medio Ambiente y de Política Agraria. 


Posiblemente ha sido el estreno con más autoridades regionales, del PSOE, en lo que va de Festival.





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