lunes, 13 de octubre de 2025

 Vivir entre ramblas


José Joaquín Rodríguez Lara

https://elpostigodelara.blogspot.com/


Anoche, mientras la madrugada daba sus primeros saltos sobre las paseras de algodón para vadear el río de las sombras y cruzar hasta la orilla de un nuevo día, vi que el cielo se iluminaba con fogonazos blanquísimos. Más blancos, incluso, que la cara de la Luna, asomada en cuarto creciente, como quien se despierta y continúa en la cama, aguardando a que algún empujón de la voluntad le ponga en pie. La tormenta estaba alta y lejana. Allá por El Charco. Hacia el Atlántico. En el Oeste. Se veían las explosiones de luz, pero no los relámpagos. Tampoco oí truenos. Aquella tormenta me pareció una solitaria bombilla que pendiera de un hilo eléctrico y se encendiese brevemente según la zarandease el viento. Destapé los caños para prevenir inundaciones. Pero no llovía. Esta mañana, los sumideros estaban tan secos como ayer.  Mientras tanto, en el Levante, continuaba lloviendo a mares.
        En días así siento que nos han secuestrado la lluvia. Que amarran las nubes a la otra orilla para ordeñarlas con avaricia hasta dejarlas secas. Luego, cuando llegan hasta nosotros, si es que logran escapar del corral en el que las encierran y se nos acercan, vienen ya con poca leche. Sin agua.
        Lo que más me asombra es que tanto la mucha lluvia como su carencia les destroza la vida a quienes viven mirando al cielo. ¿Qué esperan que ocurra si habitan entre ramblas?

No hay comentarios:

Publicar un comentario