Quico Bocaperro
José Joaquín Rodríguez Lara
Fue de repente. Juan García Grajero, más conocido por 'Bocaperro', su sobrenombre, estaba en el melonar, trabajando como cualquier otro día, cuando se le rompieron las espitas del sudor y, al tiempo que su piel empezaba a chorrear agua, sintió una fuerte presión en el centro del pecho, una presión tremenda que le subía por el cuello y le ponía cara a cara con la muerte. Como pudo, Juan García se sobrepuso al dolor y, mal que bien, enganchó la bestia al carrillo con el que acarreaba los melones.
A duras penas consiguió subir al carro y, aunque se ignora si tuvo fuerzas para arrear a la burra, o si ella misma echó mano de ese GPS que lleva dentro cada burra que se precie de serlo y el animal se puso en marcha por iniciativa propia, al sentir que los varales del carrillo oscilaban con la carga, lo cierto es que lentamente, casi con mimo, la burrilla enhebró el carril y salió a la carretera.
El animal arrastraba el carro por el centro del asfalto, ganándose los bocinazos de los conductores que se la encontraban en su camino, pero la burra de Juan 'Bocaperro' estaba más que acostumbrada a la ira de los conductores y no eran las bocinas las que azuzaban su paso. Lo hacían el conocimiento y el convencimiento de que, obligatoriamente, tenía que realizar un recorrido que se sabía con los ojos cerrados. Para tal menester no necesitaba que su amo la condujese. Bien conocía ella la ruta.
Estaba ya cerca de su destino cuando a los vecinos de Almendralejo empezó a extrañarles el viaje de aquella burra que caminaba por el centro de la calzada, aparentemente sola y arrastrando un carro enganchado por sólo uno de sus dos varales. El otro estaba fuera del jorcate, que así se llama en Almendralejo al horcate que en otros lugares llaman cangón y de otras formas. Algunas personas reconocieron que aquella bestia y aquel carro eran de su convecino 'Bocaperro' y se acercaron para tratar de parar al animal. Fue entonces cuando, en el fondo de las tablas, descubrieron a Juan García Grajero. Estaba muerto.
El cantaor Francisco García Campos con Manuel, su guitarrista, ya fallecido. (Fotografía cedida por Quico Bocaperro) |
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