He bajado hasta el fondo de mí
a buscarte
en los bolsillos ignorados del alma,
en los pliegues recónditos del recuerdo,
allí donde no me conozco
e ignoro si tengo existencia
de hombre y de retrato.
Me he hundido hasta el fondo,
a buscar una hebra de hilo,
un olor a tierra,
la misteriosa señal de que estás
perenne y rotunda,
siempre al alcance de mi mano,
pero estaba vacío el corazón
y sólo hallé palabras tristes.
(De mi libro 'La tierra al fondo',
publicado en Badajoz por la Institución Cultural Pedro de Valencia, en 1980.)
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