El circo fue una vez el mayor espectáculo del mundo, pero le ha ganado la política.
En el circo había fieras, payasos, tragasables, equilibristas, contorsionistas…, pero en la política hay muchos más.
En el circo, pase lo que pase, el espectáculo debe continuar, pero en la política continúa porque, pase lo que pase, no hay forma de pararlo.
La esencia de la política está manipulada, adulterada, envenenada y ya no consiste en esforzarse en gestionar las necesidades de la sociedad tratando de solucionar sus problemas. Eso ha pasado a un cuarto o quinto plano. Ahora lo importante es el espectáculo, la puesta en escena, la figuración, el postureo.
Ningún político se resigna a trabajar en la oscuridad de su despacho o reuniéndose sin fanfarrias, aquí y allá, con la ciudadanía. Necesitan más candilejas, más lentejuelas. Sólo hay que ver su agenda. Ahora, la prioridad es subir al escenario, hacer declaraciones, figurar, figurar y figurar.
No importa que los focos hayan bajado sus párpados, no es suficiente con que el telón ya haya caído. Cada personaje del espectáculo político aprovecha cualquier minuto de exhibición como si en ello le fuera el cargo, que al parecer importa muchísimo más que la vida.
No es suficiente con que, incluso antes de que fuese localizado el cuerpecito del pequeño Julen, se declarase héroes in pectore a los mineros, a los bomberos, a los agentes de la Guardia Civil, a los herreros que fabricaron la jaula-ascensor para el rescate y hasta a la señora que por la mañana llevaba chocolate caliente hasta el pozo de Totalán. Que todo un país aplauda su esfuerzo no sacia; no es bastante.
Al menos no lo es para el director general de la Guardia Civil, Félix Azón, que sale a escena ahora, a pozo vacío, y empieza a hacer comentarios sobre el resultado de la investigación policial como si fuese Grissom, el líder del CSI Las Vegas, y se encargara no sólo de buscar pistas, sino de detener a los malos y hasta de analizar personalmente en el laboratorio los objetos recuperados en la Crime Scene Investigation, que eso significa CSI.
Y luego acusan al periodismo de convertir la información en un espectáculo, cuando el mayor espectáculo del mundo no está en el periodismo, sino en el circo de la política.
(Nonagésimo sexto artículo publicado en extremadura7dias.com,
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