jueves, 7 de febrero de 2019


Extremadura pierde en siete años la población de Don Benito


José Joaquín Rodríguez Lara


El Consejo Económico y Social (CES) de Extremadura le ha hecho un chequeo demográfico a la región y acaba de presentar los resultados de los análisis.

La situación “no es buena”, pero “no es catastrófica” asegura el CES. Es decir, el estado demográfico de Extremadura permanece estable, dentro de la gravedad.

La doctora Mercedes Vaquera Mosquero, presidenta del CES, que ha dado a conocer los resultados del chequeo ha pretendido, sin duda, ofrecer una versión animosa sobre la situación de la enferma, pero no está muy claro que lo haya conseguido. Así, cuando asegura: “Extremadura no está teniendo desde los años 80 una pérdida de población excesiva como se difunde por algunos medios”, hay que preguntarse ¿comparándola con quién? El término excesiva no es muy científico. En realidad, excesiva, como adjetivo calificativo es completamente subjetivo, y lo que para la doctora Vaquera no es excesiva para otra persona puede serlo y mucho.

Pero lo que más asusta es la frase que la presidenta del CES utiliza para contradecir a quienes creen que la despoblación que sufre Extremadura sí es excesiva. Dice la doctora que, a pesar del envejecimiento de la población y de la bajada de la natalidad, “a diferencia de otras regiones de interior”, en Extremadura no se están “cerrando pueblos”.

No sabe usted el peso que me quita de encima, señora. Lo mismo me pasó con mi médico de familia cuando fui a verle, porque me dolía la pierna, y me dijo que no era grave que, por ahora ¡no era necesario amputármela!

Menos mal que los pueblos extremeños son tan grandes, comparados con ‘los de interior’, que ni siquiera hubo que cerrarlos en la década de los años 60 del siglo pasado, cuando la riada migratoria se llevó de Extremadura a entre 300.000 y 400.000 extremeños poco cualificados, pero con mucha necesidad de trabajar.

La presentación que hace la doctora Vaquera del chequeo del CES me genera dudas y, como la demografía es tan importante para valorar el estado de salud de una región, he optado por hacer lo que se hace en estos casos: pedir una segunda opinión médica.

Extremadura tenía 1.104.343 habitantes al terminar el año 2011 y, desde entonces, no ha dejado de perder población. En el año 2017 bajó a 1.079.920 personas, afirman el doctor Julián Mora Aliseda y Manuel González Díaz en un artículo titulado ‘Regiones que se despueblan: el caso de Extremadura 70’ que acaba de ver la luz en la revista Tiempo de Paz.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), Extremadura perdió 1.237 habitantes el año 2012; 4.126 el año 2013; 4.372 el año 2014; 6.635 el año 2015; 5.219 el año 2016; 7.858 durante el año 2017; y ha perdido 7.057 habitantes durante el año 2018.

Para la doctora Mercedes Vaquera Mosquero quizá no sean pérdidas excesivas pero sumándolas, un año tras otro, dan una caída demográfica de 36.504 personas. Es decir que desde el 2012 hasta el 2018, en siete años, siete, es como si Extremadura hubiese perdido la ciudad de Don Benito, capital de las Vegas Altas, entera. ¡Entera!

¿No sería catastrófico que Extremadura se quedase en siete años sin la población de Don Benito, una de las pocas ciudades existentes en la región?

La teoría del CES de que Extremadura no sufre una pérdida importante de población, sino que se está produciendo una simple redistribución entre municipios con un trasvase desde los pueblos a las ciudades no se sostiene, porque las ciudades extremeñas también están perdiendo ya población.
¿Es una catástrofe lo que está ocurriendo en Extremadura? Para la presidenta del Consejo Económico y Social no lo es pues, según ha afirmado en la presentación de los datos del chequeo, “los pueblos se vacían por irse a ciudades grandes, pero también hemos tenido la llegada de inmigrantes, o sea que los que se van por los que se vienen”.

¿Los que se van por los que se vienen, señora Mercedes Vaquera? Sospechaba yo que, además de ser obra del CES, en el chequeo demográfico de marras también había metido la mano el CIS, del nunca bien ponderado señor Tezanos, el de las encuestas electorales maravillosas, pero al leer su explicación sobre el trasvase demográfico usando la expresión “o sea que los que se van por los que se vienen” empiezo a temer que en el chequeo no sólo haya intervenido el señor Tezanos, sino también José Mota, el humorista navideño, que lo explica casi todo diciendo “las gallinas que entran por las que salen”.


(Nonagésimo noveno artículo publicado en extremadura7dias.com,
el 7 de febrero del año 2019.)

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