miércoles, 6 de marzo de 2019


El Carnaval de Badajoz crece y mengua


José Joaquín Rodríguez Lara


No es mentira afirmar que el Carnaval de Badajoz se ha apoderado de la calle, pero tanta o más verdad es decir que la calle se está apoderando del Carnaval de Badajoz.


El Carnaval de Badajoz ha sido siempre muy callejero, muy participativo, muy abierto, espontáneo y lleno de imaginación. Y ahí radica gran parte de su éxito y de su proyección fuera de la capital pacense, de Extremadura y hasta de España. La participación creciente en los desfiles y la expectación que despiertan, así como el tirón turístico que origina el Carnaval, demuestran el crecimiento que, de puertas afuera, está experimentando la fiesta, que este año ha sumado un espectáculo más a sus escenarios callejeros.


No ocurre lo mismo de puertas adentro, en el teatro López de Ayala que cada año acoge el concurso de murgas. Y tampoco está en auge el carnaval mediopensionista, el que se gesta dentro del Ayuntamiento y se asoma al balcón municipal para dirigirse a la calle, en el pregón con el que, oficialmente, comienza el Carnaval.


El Carnaval es más antiguo que el pregón, pero el pregón está bastante más anticuado que el Carnaval. El Carnaval se renueva, el pregón se calca de un año para otro, tanto en las pretensiones como en los resultados.


Para dar el pregón se contrata a alguien famoso para que pronuncie unas palabras. No importa que no le salgan del corazón; no le inhabilita que ni siquiera le hayan salido de la cabeza, pues el texto se lo escribió otra persona. Lo importante es que salgan de su boca, que el mundo vea que el Carnaval de Badajoz lo pregona una persona famosa.


Hay no poco de complejo de inferioridad en el recurso, año tras año, al famoseo nacional para pregonar el Carnaval pacense. La gran fiesta de Badajoz tiene ya el suficiente prestigio y la notoriedad precisa para no necesitar cobijarse bajo la fama ajena, que sólo suele aportar presencia en los medios informativos de Madrid cuando quien pronuncia el pregón tiene programa de radio o de televisión que se emite en directo.


Pronunciar el pregón del Carnaval de Badajoz debe ser un honor remunerado como un trabajo, no un trabajo disfrazado de honor remunerado. El Carnaval pacense debe premiar, abriéndoles el balcón del ayuntamiento, a quienes han contribuido a hacerlo grande, no a quien vino, dio el pregón, cobró lo estipulado, como el profesional que es, y se fue dejando al público con un rictus de decepción en los labios. Que el pregón venga siempre de fuera es un signo de identidad pacense y extremeñista, ya que para triunfar en Extremadura es muy conveniente haber nacido o, al menos, vivir en otro sitio, pero no es la mejor manera de sacar del hoyo a esta tierra.


El carnaval de puertas adentro no pasa por sus mejores momentos. Y las propias murgas, que cada año cantan mejor y hacen menos gracia, lo saben. Las causas serán sin duda numerosas y complejas y las soluciones no resultarán sencillas, pero podrían empezar por poner en el jurado a alguien que, fundamentalmente, disfrute con el Carnaval de Badajoz, a personas a las que, por encima todo, les guste el Carnaval de Badajoz.


Se afirma a menudo que el Carnaval es la fiesta de la libertad, pero las murgas ‘disfrutan’ de esa libertad dentro de una jaula de normas estrictas y quienes forman el jurado actúan como sus carceleros. Los jurados valoran más la ortodoxia que la innovación y así es difícil que el concurso progrese.


Los mejores jurados no son los que actúan como policías ateniéndose a la letra de la ley, sino aquellos que se atienen al espíritu de la norma, detectan lo que le falta al colectivo e intentan dárselo a través de sus decisiones. Si las murgas cojean en música, premian a las mejor afinadas; si les falla el tipo, destacan a los mejores disfraces; y si les falta humor, ingenio o mordacidad intentan remediarlo primando estos aspectos en su valoración de las actuaciones.


Otro remedio podría ser dividir el concurso en una sección musical, aunque carezca de gracia, y en otra de humor, aunque no se cante divinamente, porque Jarana y otras murgas que solían compaginar ambos aspectos parece que, por ahora, no piensan volver al López.


(Centésimo tercer artículo publicado en extremadura7dias.com,
el 6 de marzo del año 2019.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario