jueves, 25 de noviembre de 2010

Periodista desaprovechado

José Joaquín Rodríguez Lara


Escucho al periodista Jaime Peñafiel en la radio y me reafirmo en una profunda convicción: ¡qué mezquino es este país! Tenemos a la persona actualmente mejor preparada (por su conocimientos de las casas reales, de su historia, del protocolo, de sus fiestas y por su dominio de la diplomacia) para ejercer la dignidad de princesa de Asturias y ahí está, trabajando de tertuliano en la radio. ¡Qué mala es la envidia!

sábado, 20 de noviembre de 2010


Por la revolución

José Joaquín Rodríguez Lara


LA antigua pregunta '¿estudias o trabajas?', tan usada hace años en ciertos abordajes, es ya un fósil: si estudia es porque no tiene trabajo, carajo. Ahora hay que preguntar ¿tuiteas, feisbuseas o tonteas, en el Tuenti?

Si ya sabe de lo que hablo y, además, chatea con cierta asiduidad, está usted a la última. Pero si no fuera así, cosa que dudo mucho, a la vista de la explosión cibernética que zarandea a la humanidad, no se preocupe. Aunque Zapatero no pudiera aprender economía en dos tardes -ya se ve-, usted, en tarde y media, puede convertirse en usuaria o usuario apto para navegar por las 'redes sociales'. Basta con que se lo proponga.

Son el antepenúltimo grito en materia de cháchara, una gigantesca marmita en la que bullen pensamientos, canciones, vídeos, datos, jadeos, juergas y soledades. Las 'redes sociales' conforman una tertulia a nivel planetario en la que todos los tertulianos hablan a la vez y, a veces, se escucha a algunos. Como hacen la Patiño y cía. No hay grupo de presión ni empresa ni político ni profesional ni profesor ni corista ni cantante que se precien de serlo y no tengan, directamente o por persona interpuesta, una presencia activa en las 'redes sociales'.

Hasta la reina de Inglaterra, doña Isabel II, está en el cogollo de la telaraña. Hace unas semanas se abrió una cuenta en 'feisbu' y pocas horas después ya eran 60.000 los feisbuseros que le habían rendido pleitesía. Es que la familia real británica es muy moderna y se enorgullece de estar al día en lo que a las nuevas tecnologías de refiere. El año 2008, la reina debutó subiendo un vídeo a YouTube durante una visita a las oficinas de Google. Al año siguiente se creó la cuenta de la monarquía británica en Twitter, así como otra cuenta real en Flickr, y este año ha entrado en Facebook. ¡Para que luego digan que si la abuela Isabel fuma!

Todas las redes sociales -y hay muchas- son, básicamente, iguales: sirven para comunicarse con personas atrincheradas tras el biombo del ordenador; estén al otro lado del mundo, o en su propio mundo, encerradas en la habitación de al lado. No obstante, hay sutiles diferencias entre ellas.

Tuenti, por ejemplo, a la que se entra por invitación, tiene un público preferentemente juvenil y en sus 'vericuentos' proliferan los jjiji y los jojjo, aunque lo que más abunda es la forma jjejje, sin echar de lado al jjajjja. También hay muchas fotografías y te avisa del cumpleaños de los amigos y de sus 'eventos', entre otras cosas útiles.

Facebook es una red con más nudos, que facilita muchísimo las relaciones sociales a distancia y participa, al mismo tiempo, del tonteo, del cotilleo y del choteo entre colegas. Es una red francamente divertida, cuando no hay nada más sabroso que hacer.

Twitter es muy útil y muy seria. Un pestiño. No faltan tuiteros afanados en decirle al mundo que tienen sueño, deseos de comerse un helado o que se van a la playa, pero en Twitter están grandes profesionales y líderes mundiales, desde Obama a Bill Gates, pasando por Liz Taylor, Oprah Winfrey, Fernando Alonso, Mister Chip, el Dalai Lama, CR7, Fernández Vara, que también está en Facebook, 'la Kirchner, (Cristina Fernández de), Kaka, Sergio Ramos, Roselyn Sánchez y Eva Longoria -que tuvo la delicadeza de anunciarnos personalmente a todos sus seguidores que se divorcia-, y por supuesto el comandante Hugo Chávez, jefe de Venezuela. Él habla poco, pero eso sí, sus fans no paran. «Compañeros, por la revolución, por el pueblo, contra el imperialismo, hasta la victoria, siempre».

Por eso estamos en las 'redes sociales'.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Plano de la película 'Atraco a las tres', obra maestra de José María Forqué. En la imagen, de izquierda a derecha,
se ve a los actores Agustín González, Manuel Alexandre, José Luis López Vázquez, Casto Senda (Cassen),
Alfredo Landa y Gracita Morales.


De película

José Joaquín Rodríguez Lara


A veces veo muertos. Y no es que sea vidente ni consuma alucinógenos. Es que, a veces, los muertos, como Berlanga, como Manuel Alexandre, como Lemond, como Agustín González, y como tantos otros grandes actores y directores me devuelven a la vida, a lo que ha sido mi vida hasta hoy. Hay muertos con una vitalidad increíble.

sábado, 6 de noviembre de 2010


El orden de los factores

José Joaquín Rodríguez Lara


Me gustan las palabras. Resulta raro, ya lo sé, pero no me importa. Será cosa de la edad. Para mí lo raro es aprovechar el fin de semana para lavar el coche; y no sólo hay muchos conductores que sistemáticamente ejecutan este rito de fervor profano, sino que buena parte de ellos llevan al lavadero a la familia –cónyuge y criaturitas– e incluso al perro. La familia que lava unida, permanece unida, que a las comidas familiares las carga el diablo de las malas digestiones.

Las palabras marcan épocas. Son como capas arqueológicas que se depositan unas sobre otras, poniéndole fecha a los días. Si le hablan de ‘la carrera de Indias’, no piense en jóvenes de pies ligeros y con trencitas, sino en galeones cargados de oro; y si es ‘la pertinaz sequía’, sepa que el asunto se remonta al Cuaternario franquista. Los del ‘búnker’ salieron a relucir cuando el franquismo político y sociológico desempolvó los cuarteles para defenderse de la democracia que se le venía encima. El poder, incluso el dictatorial, se ejerce muchas veces a la defensiva. En fin, el ‘consenso’ lo inventó Suárez; la ‘cohabitación’, Chirac; ‘la Quinta del Buitre’, el periodista Julio César Iglesias; el ‘Drin tin’, Cruyff; ‘el miedo escénico’,Valdano; ‘los galácticos’ es una palabra valenciana que le han colgado a Florentino, pero el ‘talante, talante’ lleva la firma de Zapatero,y el ‘apalancamiento’ se hizo famoso con la crisis, como‘los brotes verdes’...

¿‘Brotes verdes’?, pero ¿hubo alguna vez ‘brotes verdes’? ¿Se mustiaron, como‘la alianza de las civilizaciones’? Es natural. Transitamos por una edad a la que ya habría que irle poniendo nombre, como se le dio a la Edad Media, a la Moderna y a la Contemporánea. Si no está bautizada todavía quizás sea por la enorme abundancia de acontecimientos (grandes guerras, viajes espaciales...), inventos (el bolígrafo, la fregona, el móvil...) y desazones (el fin de mes, ZP, Obama...) que jalonan este tramo del camino. Pero hay una circunstancia que está presente en todos los acontecimientos, inventos y desazones: la aceleración. La vida siempre fue un bidón, pero jamás dio tantasvueltas ni a tanta velocidad.Ya nada es para siempre, pocas cosas duran, casi ninguna permanece. Ni siquiera los brotes’. Las novedades se quedan viejas antes de ser noticia.

Y, sin embargo, algunos latiguillos periodísticos se repiten, como tortugas que desovaran en las mismas playas desde el inicio de los tiempos. Aún no se ha extinguido ‘el voraz incendio’; todavía se continúa ‘cesando’ a los destituidos o despedidos, como si se pudiera asesinar a los suicidas. ¿Y qué me dicen del ‘presunto’? Los medios informativos desaparecerían si no existiese el término‘presunto’. «El ‘presunto’ criminal esperó a su víctima y armado con un gran cuchillo de cocina le asestó cuarenta cuchilladas, doce de ellas mortales de necesidad». Del individuo no hay fotografía, pero queda retratado. Eso sí, mientras que el juez no diga lo contrario, ni es un homicida ni un acusado ni un detenido ni siquiera un sospechoso. Es un ‘presunto’. No hay cosa peor. Ni la condena mancha tanto.

Esta semana se supo que una pobre mujer, muda y con problemas mentales, ha ‘convivido’ una semana con el cadáver de su marido en Zafra. Es una muestra de fidelidad y de impotencia increíble y terrible a la vez. ¿Cómo se puede ‘convivir’ con un cadáver si, en la pareja, no hay convivencia cuando uno de los cónyuges no participa en los deseos del otro? Consultada la Fundación del Español Urgente, dictamina: «Tiene cierto sentido figurado. Del mismo modo que decimos ‘convive con sus problemas’». Pero los problemas, o palpitan o no son problemas. Carecer de dinero no es un drama, el problema es necesitarlo y no tenerlo. Si ‘vivir con’ fuese lo mismo que‘ convivir’ conviviríamos con los muebles, el suelo y el grifo de la cocina. El orden de los factores sí altera el producto. Creo.