viernes, 15 de diciembre de 2017

Las cuatro esquinitas el cava


José Joaquín Rodríguez Lara


En el fondo están de acuerdo, pero viven de la política y no pueden exteriorizarlo. Si lo exteriorizan y no dan el mitin se convierten en personas normales, y entonces tendrían que dedicarse a actividades normales, no a la política.

La política debería ser un servicio, a la sociedad y a la ciudadanía, pero tiene mucho más de oficio que de servicio. Y cada oficio presenta sus peculiaridades. El de periodista también.

Una de las reglas de oro del oficio político es no desaprovechar jamás la posibilidad de dar un mitin. Sin tetas no hay paraíso, y sin mitin no hay políticos.

¿Se imagina usted que fuese al médico y, al mismo tiempo que el facultativo le receta unas pastillas, el doctor se subiera en la silla y alzase el tono de voz para venderle las virtudes del laboratorio que elabora ese fármaco?

No, ¿verdad?

Pues eso es lo que hacen continuamente los políticos: publicidad, propaganda en este caso, del laboratorio ideológico de su partido.

Cuatro esquinitas tiene el hemiciclo de la Asamblea de Extremadura. Una la puebla el grupo socialista, otra el popular, Podemos ocupa la tercera y la cuarta es de Ciudadanos y la ocupa una ciudadana que defiende su espacio a mordiscos, si hace falta.

Las cuatro esquinas del Parlamento estaban de acuerdo (el 14 de diciembre del año 2017), en la conveniencia de mostrar su apoyo al sector del cava extremeño, que desea plantar más viñas para poder atender a toda su clientela.

Al debatir sobre el cava, los representantes de la ciudadanía extremeña en el Parlamento coincidían en lo esencial, pero no podían dar la impresión de que estaban de acuerdo en lo importante, porque lo importante es su empleo. Así que aprovecharon su coincidencia de criterios sobre el cava para poner de manifiesto sus profundas discrepancias en todo lo demás. Parlamentarismo puro y duro.

En vez de una propuesta conjunta, firmada por los cuatro grupos, se presentaron y debatieron dos, prácticamente idénticas. Y cada portavoz dio su mitin.

La primera propuesta de apoyo al cava extremeño, presentada por el PP, fue aprobada por unanimidad, porque en el fondo, todos están de acuerdo. La segunda, que había sido presentada por el grupo socialista, también iba a ser aprobada por unanimidad, pero como en el segundo debate se repetían los argumentos del primero y la propuesta estaba pasando desapercibida –algún grupo ni siquiera aprovechó la tribuna de oradores para exponer su ‘hecho diferencial’-, alguien del grupo proponente, el de PSOE-SIEX, tuvo el acierto de confundirse al votar, apretó el botón del ‘no’ y la unanimidad quedó reducida a simple mayoría. Loado sea el libre albedrio.

Lo dicho, en el fondo les gusta el cava, pero son políticos y no pueden brindar sin lanzarse al pescuezo, vulgo cuello, del contrario.

Al final, el frente común del Parlamento extremeño, en su apoyo decidido al sector regional del cava, quedó reducido a dos apoyitos enfrentados. Y estaban de acuerdo.

Cuatro esquinitas tiene mi Asamblea…


(Quinto artículo publicado en extremadura7dias.com,
el 14 de diciembre del año 2017.)

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