sábado, 9 de junio de 2018

Pedro y cambia España


José Joaquín Rodríguez Lara


No se había visto algo igual desde el primer gobierno de Don Pelayo, allá por el 750 después de Cristo. Una expectación como la despertada por el Gabinete de Pedro –lo de Sánchez hay que dejarlo en la percha, como se hizo con el González de Felipe- no se estilaba. Iván Redondo, el ‘octavo consejero de Monago’, el demonio para los socialistas de provincias, de las dos, ha organizado una puesta en escena que ni José Tamayo en el Teatro Romano de Mérida. Sólo han faltado los caballos, crines al viento, piafando durante las respectivas tomas de posesión.

No hay que llegar primero, pero hay que saber llegar, canta el gran mexicano Vicente Fernández. Y Pedro parece que lo sabe. ¡Vaya si lo sabe! Se ha echado a los medios con todos los ingredientes que exige una irrupción estelar: atrevimiento, sorpresa, chulería, oropeles… Hasta un astronauta ha puesto sobre el escenario para que no falte de nada en el espectáculo.

Ante tamaño despliegue, buena parte de la ciudadanía está embobada. “Es un Gobierno de mujeres”. “Es un Consejo de Ministras”...

Bueno, en realidad es un Gabinete paritario: 61,1% de mujeres (11) y casi 39% de hombres (7). Porque Pedro también es un hombre, ¿no? Y no sólo forma parte del Gobierno, como sus seis ministros hombres, sino que lo preside y lo dirige. A estas horas podría estarlo dirigiendo una mujer, Susana Díaz, pero Pedro se lo impidió.

De todos modos hay que aplaudir que en el Gobierno haya más mujeres que hombres. El hecho de que las mujeres sean mayoría en el Gabinete no garantiza el éxito de la gestión gubernamental, pero abre una brecha en la muralla política para que entren las mujeres que están fuera de la cosa pública. Una de las tareas de cualquier ministra debe ser flanquearle el paso a las que aún no han podido atravesar la muralla.

Por fin alguien, y ha tenido que ser Pedro, decide pasar de la monótona prédica transversal en valores feministas a sembrar el trigo de la igualdad. ¡Ya era hora!

Con todo, ignoro si este es el mejor Gobierno que podría haber formado Pedro. A fin de cuentas, en Hacienda sólo hemos pasado de Montoro a Montero. Y lo ignoro por la sencilla razón de que no sé qué cartera le ofreció Pedro al señor Guillermo Fernández Vara, presidente de la Junta de Extremadura. ¿A qué ministra o ministro quitamos para darle su cartera al señor Vara? Porque no es lo mismo quitar a Nadia Calviño, ministra de Economía, para poner a Vara, corriendo el riesgo de que el Presupuesto no se ejecute, que sustituir a Màxim Huerta, ministro de Cultura sin Deporte, por el deportivo señor Vara.

Guillermo Fernández Vara escribe mucho, pero nunca venderá tantos libros como el ministro de Cultura, por la sencilla razón de que no tiene silla propia en el programa de Ana Rosa Quintana. Al contrario de lo que le ocurre a Màxim Huerta, al señor Vara sí le gusta el deporte. Ha sido directivo, ha publicado en el diario Marca… En fin, que si el señor Vara fuese ministro de Cultura, el Gobierno de Pedro tendría mucho más peso. Más peso en Deporte. Para que también lo tuviese en Cultura, Pedro tendría que haber nombrado ministro a ‘Cerebro’ González, un extremeño que por equivocación de la cigüeña nació en León y que es buen escritor y exfutbolista del Madrid, del Badajoz y del Mérida, aunque habitualmente no salga en la televisión.


(Quincuagésimo primer artículo publicado en extremadura7dias.com,
el 9 de junio del año 2018.)


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