lunes, 24 de septiembre de 2018


La zorra cambia de pelo, pero no de hábitos


José Joaquín Rodríguez Lara


El VAR, sistema de vídeo arbitraje, va por barrios; o mejor aún, por clubes, por aficiones y por árbitros.

A Cristiano Ronaldo lo expulsó el árbitro en Valencia porque es Cristiano Ronaldo, un futbolista todo corazón y, por lo tanto, fácilmente expulsable, y porque en la Liga de Campeones todavía no se utiliza el VAR.

Sin el VAR, el Real Madrid hubiese empatado a cero goles con el Español de Barcelona, porque el partido lo estaba arbitrando Antonio Mateu Lahoz y el gol lo había marcado el Real Madrid. Luego intervino el tribunal de apelación del VAR, que es como tribunal supremo de los bares, pero sin aceitunas machás, y corrigió a Lahoz martillo del Madrid.

El Barcelona empató a dos goles en su casa con el Girona y el árbitro extremeño Jesús Gil Manzano expulsó, después de consultar el VAR, al defensa azulgrana Lenglet, por agredir a un contrario dándole un codazo.

El también defensa azulgrana Piqué se encaró de mala manera con el colegiado extremeño en el túnel de acceso al vestuario, la expulsión se produjo en el primer tiempo, y Messi le negó la mano al árbitro de Don Benito al final del encuentro.

Se dice que la zorra cambia de pelo, pero no de hábitos y el VAR… El VAR puede cambiar el fútbol mundial, pero no va a cambiar a los futbolistas ni a los clubes. Ni tampoco a los árbitros. Al menos, por ahora.

(Sexagésimo cuarto artículo publicado en extremadura7dias.com,
el  24 de septiembre del año 2018.)


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