sábado, 1 de diciembre de 2012

Ceniza de la memoria (17)


Olvidar no puede ni la arena
que lava su memoria en las olas
y rehace con sal y caracolas
la ausencia que al mar enajena.


Si yo pudiese borrar esta pena,
haciendo del olvido rompeolas
y azucenas de las amapolas,
¿por qué arrastraría tu cadena?


Vives en mí y no vives conmigo.
Habitas mi furia y mi plegaria.
Me sigues como perro de mendigo,


para llevarme siempre la contraria
sin darme compañía ni abrigo.
Lumbre no, eres nieve incendiaria.


(De mi poemario ‘La ausencia que te nombra’)

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