miércoles, 7 de mayo de 2014

Vara sorprende a Monago con un gancho, pero no le noquea



José Joaquín Rodríguez Lara


Guillermo Fernández Vara, candidato del PSOE para gobernar Extremadura, subió a la tribuna para leer su discurso de respuesta al presidente Monago. Fue la suya una intervención de tono mortecino, muy alejada de lo que se espera de un líder de la oposición. Vara, que escribe bien, es mucho mejor parlamentario que lector, pero aún así su aparente desgana resultaba inexplicable al iniciarse el segundo asalto del debate parlamentario.

El líder socialista se fajaba en su anunciado propósito de hablar de la Extremadura real, pero no se le veía en situación de salir vencedor del combate sobre el estado de la región. El ímpetu de Monago se imponía en el cuerpo a cuerpo.

Así transcurría el debate hasta que Vara alcanzó a Monago con un gancho demoledor: la moción de censura. Fue uno de esos golpes que surgen de repente, como un asteroide maligno, y estalla con una fuerza tremenda en la barbilla del contrincante. Monago no se lo esperaba y tuvo dificultades para encajar el impacto. Se le doblaron las piernas, por un instante se le vio grogui, pero se repuso y continuó el combate dialéctico. Un debate al que, con ese gancho, Vara le había dado la vuelta como si fuese una tortilla. En el Parlamento extremeño se continuó hablando de Extremadura, pero la referencia política e informativa era ya la moción de censura y el protagonismo pasó de los dos grupos mayoritarios -PP/EU y PSOE- y de Monago y de Vara a las minorías, a los tres diputados de IU/Verdes y a los dos de PREX/CREX, cooperadores imprescindibles para desbancar del Gobierno a los populares. El Parlamento de Extremadura se revolucionó, pero muy pronto se vio que el gancho del aspirante, del ya candidato a la Presidencia de la Junta, tenía pocos visos de terminar en KO.

Guillermo Fernández Vara dirigiéndose al presidente
 José Antonio Monago durante el pleno del Parlamento
 de Extremadura. (Imagen bajada de Internet)
El PSOE había acordado presentar la moción de censura dos semanas antes, en una reunión muy restringida de sus principales dirigentes, así que debe de ser una decisión bien meditada. Vara afirma que es una iniciativa suya. Que prospere es casi imposible. Lo sabe hasta Vara. A Monago sólo le falta un diputado para tener mayoría absoluta en la Asamblea y estar blindado contra cualquier moción de censura. El grupo del PSOE inició la legislatura con 30 escaños y ha perdido dos. Vara necesitaría a todo su grupo, a IU y al PREX/CREX para ser presidente en lugar del presidente. El objetivo no es muy difícil de alcanzar, es lo siguiente.

IU consultará con la almohada, su consejo político, si apoya a Vara; PREX-CREX pidió una moción de censura durante la tramitación presupuestaria y el PSOE se la negó, así que anunció que apoyaría los Presupuestos, lo que en la práctica significa apoyar la línea de gobierno. Por ahora parece que sigue en ello. Pedro Escobar, portavoz de IU, dice que Vara no ha hablado con él antes de presentar la moción ni le ha pedido el voto y tampoco espera que le llame. A Escobar le llamarán de Madrid, desde luego.

¿Qué sentido tiene presentar una moción de censura arriesgándose a ganarla cuando sólo falta año y días para que termine la legislatura, teniendo que gobernar con el presupuesto de tu adversario, en una situación de gran crisis económica, obligándote a cambiar de arriba abajo la administración y a cambiarla con prisas, exponiéndote a que las iras adicionales de la insatisfacción ciudadana se dirijan hacia ti, en vez de contra Monago? ¿Por qué presenta el PSOE una moción de censura ahora y no antes, cuando tenía 30 escaños? ¿Y qué consigue Vara con esta iniciativa?

Hay respuesta de todos los colores y para todos los gustos. Le he preguntado directamente a Guillermo Fernández Vara el porqué presenta la moción y su respuesta ha sido rotunda: porque considera que desde el grupo que apoya al Gobierno se le ningunea. "Si Monago me hubiese dicho que acepta este punto y aquel, que está dispuesto a negociar otro, aunque rechazase los demás que le he ofrecido, yo no hubiese presentado la moción, aunque la tenía firmada", me asegura Guillermo Fernández Vara. Es decir, que llegó al pleno pertrechado con la moción de censura, por lo que pudiera pasar y que, inspirándose en lo que Felipe González le hizo a Adolfo Suárez, en 1980, la presentó en mitad del debate.

Otras personas consideran que no es una moción de censura contra Monago, sino contra Izquierda Unida, para castigar a sus tres diputados con el sambenito de la infamia, señalándoles como "traidores" a los ideales de la izquierda, pero Vara lo niega. También niega que sea una estratagema personal para  salir de la escena política por su propio pie. O a hombros.

Todo parece indicar que esta moción de censura no prosperará, que Vara será derrotado por el PP sin necesidad de que le apoyen con su voto favorable desde los grupos minoritarios, pero, mire usted, las mociones de censura las carga el diablo y en muchas de ellas el tiro sale por la culata. Incluso cuando se ganan. La solución, el próximo miércoles, 14 de mayo, por la tarde.

Tercer asalto. Segundos, dentro. IU y PREX/CREX al centro del cuadrilátero, que este enfrentamiento por el poder ha dejado de ser una velada de boxeo para convertirse en un combate de lucha libre. Pressing catch a cuatro.

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