jueves, 25 de enero de 2018

Patinetes sin ley


José Joaquín Rodríguez Lara


A Víctor lo tenemos en el corazón, le hemos hecho ya un hueco en nuestra memoria y, desgraciadamente, va a pasar a la historia.

Víctor, el niño de cinco años fallecido en Badajoz al irrumpir en la calzada con su patinete eléctrico cuando pasaba un autobús, ha sido la primera víctima mortal, y quieran los cielos que sea la última, de varias circunstancias desgraciadas.

En compañía de su madre y de su hermano, el niño disfrutaba con su juguete; circulaba con su patinete eléctrico por la acera y, de improviso, irrumpió en la calzada y fue atropellado por un autobús.

Víctor conducía un automóvil, pues el patinete eléctrico tiene batería y se mueve por sí mismo, pero la Administración no lo considera un vehículo.

Es posible que, tras el desgraciado fallecimiento del pequeño pacense, el uso de estos patinetes eléctricos empiece a regularse. Hay voces autorizadas que ya hablan de ello.

En Extremadura acaba de hacerlo Cristina Redondo, jefa provincial de la Dirección General de Tráfico en Cáceres. Propone que los ayuntamientos regulen en sus ordenanzas el uso de los monopatines eléctricos y otros dispositivos de movilidad personal.

Para los ‘hermanos mayores’ de estos juguetes, los monopatines llamados segways, muy utilizados en determinadas ciudades, sí hay alguna normativa municipal de uso. Por ejemplo en Barcelona.

Por su parte, el Ayuntamiento de Badajoz ya tiene preparado un borrador para regular la utilización urbana de estos aparatos, pero en la inmensa mayoría de los municipios no hay normativa: ni local, ni autonómica ni tampoco estatal.

Y no creo que la haya comunitaria, pues de haberla habría que aplicarla en toda España y no existiría este vacío legal.

La Dirección General de Tráfico no considera viandantes a los usuarios de los patines eléctricos, lo que prohibiría su circulación por las aceras; pero tampoco cataloga a estos dispositivos como vehículos a motor, obligando a que sólo circulen por las calzadas aptas para ello.

La DGT no exige a los usuarios de los patinetes eléctricos ni carné ni seguro obligatorio para conducirlos, existiendo una laguna legal en torno a estos vehículos, mientras las administraciones públicas parecen estar en el limbo.

El patinete eléctrico es un juguete, como bien dice la concejala de Tráfico del Ayuntamiento pacense, María José Solana, pero no es un juguete con el que se pueda circular sin riesgo por las vías públicas.

No es lo mismo circular en patinete por la acera de una calle que hacerlo en un lugar carente tráfico de coches y autobuses, como una pista de patinaje o en un parque.

El fallecimiento de Víctor ha demostrado que, cuando se produce una serie de circunstancias lamentables, el disfrute del patinete eléctrico puede desembocar en una tragedia.

Es necesario que las administraciones públicas, la Dirección General de Tráfico, los gobiernos regionales y los ayuntamientos, regulen con urgencia el uso de estos aparatos, que serán juguetes, pero ponen en peligro a las personas. Fundamentalmente a los niños.

Si la Unión Europea regula hasta el tamaño de las piezas de los juguetes para que, queriendo o sin querer, los más pequeños no se las traguen y se asfixien, si el capuchón de algunos bolígrafos tienen un agujero en la punta para que si te lo tragas no mueras por asfixia, ¿cómo no va a ser necesario regular el uso en la calle de un juguete, apto para niños de cinco años, que no es otra cosa que un automóvil?

(Decimoquinto artículo escrito para extremadura7dias.com,
publicado el 23 de enero del año 2018.

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