viernes, 27 de julio de 2018

Los niños con los niños y las niñas con las niñas


José Joaquín Rodríguez Lara



El Festival Ibérico de Cine de Badajoz, que inasequible al desaliento dirige Alejandro Pachón, ha tenido el buen gusto y hasta el acierto de romper el viento con una película de mujeres gitanas enamoradas.


‘Carmen y Lola’ se llama la cinta, todavía pendiente de estreno comercial, y parece que es una película muy de reivindicaciones femeninas, en un mundo de arquetipos machistas. Zaira Romero, una de las protagonistas, gitana morena de verde luna, que debuta con esta obra, ha confesado que antes de aceptar el papel consultó a su abuelo, a sus cuatro hermanos y a su madre y todos la respaldaron; especialmente, el patriarca de la familia. Algo se está avanzando, desde luego.


‘Carmen y Lola’ es la película de otra mujer, Arantxa Echevarría, que se proyecta incluso internacionalmente como directora de cine con este su primer largometraje, en el que sólo una de las personas que figuran en el reparto, la actriz extremeña Carolina Yuste, es profesional.


La película tiene el beneplácito de la autoridad regional y está contando con la asistencia –en la agenda cotidiana de la Junta de Extremadura suele haber más asistencias que en un partido de baloncesto con varias prórrogas- con la asistencia, digo, de Elisa Barrientos, directora del Instituto de la Mujer de Extremadura (IMEX), que ha asistido a la presentación de la cinta y a su proyección, y de Leire Iglesias, consejera de Cultura e Igualdad, que también ha asistido a la proyección.


Y está muy bien que asistan. Muy bien. Ojalá asistieran muchas mujeres altos cargos de la Administración autonómica extremeña a la proyección de esta y de las demás obras incluidas en el Festival Ibérico de Cine.


Lo que no está tan bien es que no asistan hombres altos cargos de la Junta; que no estén presentes tanto en la presentación como en la proyección. No está bien que el apoyo que la Junta dice prestar a las mujeres, cuando lo presta y no se obstina en dificultar que se pongan en huelga y se manifiesten, como ocurrió el día 8 de marzo de este mismo año, que ese apoyo, insisto, se visualice sólo a través de las mujeres altos cargos. No es lo mismo que la directora general de Deportes vaya a un partido femenino de fútbol, pues es deporte independientemente del sexo de quienes lo disputen, que la Administración regional esté representada sólo por mujeres en la puesta en escena de una obra que pone el acento en reivindicar los derechos de la mujer. Pues esos derechos deben defenderlos tanto las mujeres como los hombres.


Si de verdad se pretende conseguir la igualdad, hay que igualar. La sociedad actual, con su machismo perdurable y sus resquemores feministas, es producto, entre otras cosas, de un viejo eslogan que dice: los niños con los niños y las niñas con las niñas.


Así que hubiese estado muy bien que el presidente Guillermo Fernández Vara, que en navidades nos llamó asesinos de mujeres a todos los hombres por el mero hecho de haber nacido varones, hubiese asistido, como jefe del Ejecutivo regional, tanto a la presentación como a la proyección de ‘Carmen y Lola’.


Hubiese estado muy bien porque el taburete de la igualdad no va a sostenerse jamás a la pata coja, sobre una sola pata. Sea macho o sea hembra. La pata. Y ya, si nos los proponemos, también estaría muy bien que, dentro de muy poco, una mujer presida la Junta de Extremadura y, si llega el caso y deseo que llegue, cierre el IMEX por indubitada y manifiestamente innecesario.



(Quincuagésimo sexto artículo publicado en extremadura7dias.com,
el 18 de julio del año 2018.)


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