martes, 17 de julio de 2018


‘Narcohortelanos’ sin aprovechar


José Joaquín Rodríguez Lara


Extremadura es una tierra llena de artistas. Cierto es que la gran mayoría de ellos se ven obligados a nacer en otras regiones, para que les hagan caso en esta, y que buena parte de los que no vienen de fuera, tienen que irse para poder comer, pero lo cierto es que artistas tenemos muchos. Y en todos los campos.


Seguramente los más talentosos y menos valorados son los artistas de invernadero. Esa gente capaz de forrar una vivienda hasta convertirla en un termo en el que, con un arte y un salero dignos de elogios, cultivan marihuana, hachís y lo que se les ponga por delante.


Que se sepa, ninguno de esos artistas del ‘narcocultivo’ es perito agrícola y, sin embargo, sus plantas, perfectamente ordenadas, como si acabasen de salir de una peluquería muy cara, muestran un fulgor y una vitalidad que para sí quisieran los maizales del Guadiana.


Y tampoco, que se sepa, son ingenieros industriales y, a pesar de esa lamentable carencia curricular, en sus ‘narcoinvernaderos’ funcionan a la perfección aparatos de todo tipo –transformadores eléctricos, lámparas, ventiladores, termostatos…- para conseguir que la vida de las plantitas estimulantes sea completamente placentera. En muchas ocasiones, incluso realizan conexiones con la calle, más concretamente, con el tendido eléctrico que discurre por la calle, dignas de profesionales muy cualificados.


Si estos ‘narcoagricultores’ sacan adelante sus pequeños invernaderos a pesar del acoso de los perros policías y de las queja de los vecinos molestos con el hedor de la ‘mierda’, ¿qué no podrían hacer si les dejasen cultivar a su libre albedrío en las vegas del Guadiana, del Alagón o de la rivera de Fresnedosa?


Del mismo modo que algunas instituciones contratan a piratas informáticos para que vigilen y defiendan sus redes de ordenadores, ¿no podrían la Junta de Extremadura o la Universidad emplear a estos artistas del ‘narcocultivo’ en la mejora de la producción de tomates, de ciruelas, de brócoli, cerezas, garbanzos, coles, judías verdes y demás ‘hortoforrajes’ del campo extremeño? ¿No es un disparate que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado se vean en la obligación de detener a semejantes artistas cuando esos mismos ‘narcohortelanos’ podrían revolucionar la agricultura regional?


Si el presidente Fernández Vara ve que el futuro está escrito en las estrellas, ¿cómo es posible que no lo vea rotulado en el hachís y en la marihuana?


(Quincuagésimo quinto artículo publicado en extremadura7dias.com,
el 17 de julio del año 2018.)

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