martes, 17 de julio de 2018


Respeto y honores a los vencidos


José Joaquín Rodríguez Lara


No defraudó. Ha sido un encuentro digno de una semifinal del campeonato del mundo. Con toda la emoción, la incertidumbre, la intensidad, la épica y la agonía de un combate en la cornisa del Mundial, en el escalón Hillary del techo del planeta.


Croacia e Inglaterra han protagonizado una batalla de película. Los de a caballo, encastillados en la suficiencia de su gol tempranero, y la plebe, al galope de su sed y de su hambre de gloria, realizando sucesivos ataques en oleadas de rabia y de fragor, como si se tratase de una nueva edición de la carga de los zulúes.


Esta vez ganaron los de a pie (2 a 1), en la prórroga, cuando varios de sus jugadores parecían ya simples marionetas sostenidas por los hilos de la esperanza, en lugar de por las piernas de la resolución.


Ganaron y se verán las caras con Francia en una final que se presenta muy igualada. Cualquiera puede ganarla. Aunque todo es opinable, en principio, parece que Croacia tiene mejor portero y Francia mejor defensa; pero el centro del campo de los croatas es superior y la delantera gala parece tener más peligro.


Los galos lucharán para reverdecer viejos laureles y por ‘la grandeur de la France’, y los croatas para ceñirse por vez primera la corona de laurel y por hacer grande a su pequeño país. Los croatas parecen muy patriotas y los franceses muy ciudadanos del mundo. ¿Quién ganará? Doctores tiene la Iglesia del balón.


En cualquier caso, no se disputa sólo el trono mundial del fútbol; también está en juego el cetro del mejor jugador: el balón de oro. Puede ganarlo Luka Modric, que lleva años impartiendo clases como mejor centrocampista del mundo y esta temporada se ha consagrado como catedrático de la universidad del fútbol, o puede ser para Antoine Griezmann que, una temporada tras otra, oposita a una distinción para la que le sobran conocimientos, pero le faltan títulos.


En cualquier caso, respeto y honores a los vencidos, pues sobre ellos se cimentará la gloria de los campeones y la fama imperecedera del héroe.


Y si no lo cree, acuérdese de Iniesta, de nombre de pila, Andrés.


(Quincuagésimo cuarto artículo publicado en extremadura7dias.com,
el 12 de julio del año 2018.)




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