miércoles, 2 de enero de 2019


El desconcierto del tren extremeño alcanza cotas de obra maestra


José Joaquín Rodríguez Lara


Guillermo Fernández Vara, a la sazón presidente de la Junta de Extremadura, concluyó su discurso de fin de año animando a los extremeños a pedir por esa boquita. “Seamos exigentes, reivindicativos, pidamos de una vez por todas que en las infraestructuras se cumpla con Extremadura, que el tren llegue”, afirmó Vara. ¿Seamos exigentes? Empiece siéndolo usted, señor presidente. Plántese en la puerta de La Moncloa, y no a 300 kilómetros, y no regrese a Extremadura hasta que venga con un tren digno debajo del brazo.


Nuestro presidente nos animó a exigir y lo dijo en el instante final de su discurso. No porque él lleve lustros viajando en coche oficial y en avión y no suela hacerlo en tren, salvo que no haya más remedio que ir desde Mérida a Cáceres a manifestarse, sino porque debe de estar convencido de que con su compañero Pedro Sánchez en La Moncloa y con él al frente del Pacto Social y Político por el Ferrocarril, en el conventual santiaguista de Mérida, lo del tren digno ya está encarrilado y los sainetes de ‘Milana Bonita’ y la indignación de los usuarios del ferrocarril en Extremadura son cosas del pasado, simples números de feria para las plazas de los pueblos.


Pero he aquí que, año nuevo, problema del siglo que se fue. El 2019 ha comenzado con todo un recital, pero un señor recital, que deja chico a lo mucho que están ofreciendo las televisiones españolas estos días. Ni las canciones de antes, ni el humor plagiado de aquí y de allá, ni los valses de Viena, ni la manga del vestido de Anne Igartiburu, ni tampoco la piel del ‘desnudo’ de Cristina Pedroche, que bien guapas que han dado las uvas ambas, puede compararse con el espectáculo del tren en Extremadura: paradas, retrasos, apagones, casi 200 personas a oscuras o a la llama de los candiles telefónicos, averías en mitad del campo, frío en los vagones, el tren llevado a rastras hasta la siguiente estación, nervios, llantos, policías, viajeros al tren viajando sin tren hacia Madrid, por carretera...


Un infierno, una situación completamente dantesca. Lo último de lo último en el último discurso del año y en trenes. Lo que ocurre con el tren en Extremadura no lo mejoraría ni Cecil B. DeMille dirigiendo ‘Los Diez Mandamientos’ y otras obras maestras del espectáculo cinematográfico.


(Octogésimo octavo artículo publicado en extremadura7dias.com,
el 2 de enero del año 2019.)

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