-Las editoriales españolas no les abren sus puertas
a los escritores nuevos o poco conocidos
salvo que, por algún inexplicable motivo,
el autor ya esté dentro.
A las escritoras suele ocurrirles lo mismo.
Pero ellas no necesitan que les abran las puertas
de par en par.
Les basta con una rendija
para penetrar en cualquier universo editorial.
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