jueves, 22 de octubre de 1998


El bonsai

José Joaquín Rodríguez Lara


Pudiera parecer que el Badajoz está jugando mal al fútbol. Incluso que juega a otra cosa. No es cierto. Se trata de una impresión errónea. Lo que ocurre es que juega en muy poco terreno. Exactamente en lo que va de las manos del portero Emilio a los pies del medio Mancuso. Ahí se acaba todo. De Mancuso en adelante, el Badajoz es un agujero negro en el que desaparecen los futbolistas, el balón y las ilusiones. Como ocurre últimamente con los geranios, a la delantera blanquinegra se la están comiendo los bichos. Y lo peor es que además parece que se quedan con hambre.

Superada la octava estación del Vía Crucis liguero, el Badajoz de Toti ha marcado 2 goles menos que el de Lotina y le han hecho 5 tantos más. En 8 partidos, este Badajoz ha conseguido 6 goles -uno más que el Mérida y 3 menos que el promedio de la División-, y ha encajado 8, uno menos que la media de los 22 equipos. Los números no sólo son manifiestamente mejorables, sino que además están muy mal administrados. Con solo 3 goles a favor -3-, y 5 en contra, el Recreativo de Huelva está tres puestos más arriba.

Sin embargo el Badajoz no se estira. Todo lo contrario. Se va achaparrando sobre la peana de su defensa según avanzan las jornadas. Como un bonsai: tiesto ancho, raíces cortas y muy poco porte. Este equipo tiene buena semilla, pero ni crece ni florece ni ahíja. ¿Qué va a quedar para la próxima temporada si no fructifica?

Y no será por escasez de abono, pues jamás tuvo el Badajoz más abonados que esta temporada. Tampoco le falta calor. Todo lo contrario. Tiene una afición de Primera. Muy pronto, incluso lo cambiarán de tiesto. Esperemos que no sufra en el trasplante y los aires del nuevo cortijo le sienten bien. La lógica dice que así debe ser. Si Campoceldrán está en buenas condiciones, y no como el Vivero, los primeros en agradecerlo serán los jugadores de más calidad. Porque, esa es otra, aunque a usted ya le resulte imposible creérselo, en este Badajoz hay jugadores de calidad. En serio. Poco vistos, sin duda, pero con las mejores referencias. El día que algún futbolista con personalidad decida llegar hasta la portería contraria, lo mismo marca y el Badajoz consigue la victoria. Así ocurre en otros equipos. Según cuentan algunos.

Aunque usted desconfíe de que este Badajoz tenga solución ni siquiera con un cambio de jardinero, no desespere por si acaso, que más lloró Manolo Rojas en Compostela. Si un domingo -cuando ya esté en el nuevo campo-, no puede aguantar más, limpiese las lágrimas en la bufanda blanquinegra y pásese a la gimnasia rítmica, que da menos disgustos.

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