sábado, 2 de enero de 2010

Dale limosna mujer

José Joaquín Rodríguez Lara


COMIENZA un año y es posible que hasta empiece a terminar una década, aunque con los años que acaban en cero nunca se puede estar tranquilos. Hay quien los ve como la última entrega de un manojo que se acaba, pero tampoco faltan quienes los consideran el primero de otro que arranca. Lo que sí parece cierto es que, como en el poema del recordado oliventino Manuel Pacheco, «todavía está todo, todavía».

Todavía está la crisis y quien confiesa que no la vio cuando llegaba e insiste en que ya prácticamente ha dejado de verla, con lo que intenta convencernos de que tanto la depresión económica como la existencial se han ido con viento fresco y España es un florido jardín.

'Dale limosna mujer,/ que no hay en la vida nada/ como la pena de ser/ ciego en Granada». Estos versos inmortales, que con muy buen criterio se colocaron en los Jardines de los Adarves, en la Alhambra, son del mexicano Francisco Asís de Icaza y Breña. La verdadera identidad del ciego aún suscita dudas e incluso no pocas polémicas.

Parece que nunca terminó de venir, pero sí llegó y aquí sigue, la gripe A, que con sordina ministerial sigue engordando las estadísticas de la mortalidad en los hospitales. Con el progreso de la medicina, cada década es más difícil morirse por enfermedad y cada año hay nuevas posibilidades para perecer por padecimientos que doce meses antes ni siquiera existían. «Tres golpes de sangre tuvo/ y se murió de perfil», cantó Federico García Lorca, poeta que voló desde el barranco de Viznar hasta el corazón de casi todas las personas que han recitado sus versos y de otras muchas que nunca los leerán, aunque sus huesos no estén en la tierra removida de Alfacar y en vez de una cruz, junto a su nombre haya una equis de perplejidad en los estadillos de la 'Memoria Histórica'.

Y para concluir, y por no hacer interminable esta relación de presencias, también está el 'cubo de Biblioteconomía', que se ha convertido en el 'monolito' de 'Badajoz, una odisea en el espacio', esa famosa película que están protagonizando unos pocos y en la que todos los demás hacemos de extras.

Los últimos golpes de manivela quiere darlos la Universidad de Extremadura, que busca rendijas en el ordenamiento jurídico para defender 'su cubo' por encima de la 'campana gorda', que según la leyenda estaba en la torre de Espantaperros.

La Universidad, su rector, sus catedráticos y demás profesores tienen todo el derecho del mundo a pleitear mientras que la Justicia les ampare. En el conflicto 'cubo, sí', 'cubo, no' lo que está en juego no es el respeto al patrimonio, sino el respeto a la ley. Badajoz, como cualquier sociedad, puede pervivir con 'cubo' y sin 'cubo'; incluso podría progresar sin alcazaba ni catedral ni museos ni universidad. Pero nunca podría existir sin ley, sin el respeto a las normas, amparen el patrimonio histórico o lo machaquen con alevosía.

Las triquiñuelas de quienes están dispuestos a hacer todo lo posible para burlarse de la ley resultan abominables, por muy bienintencionadas que sean. De los políticos se puede esperar lo peor, tanto si están al final de su década prodigiosa, como si aún no han tenido ni siquiera un buen día. De la Universidad cabría esperar más altura de miras. Pero bueno, 'dale limosna mujer'...

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