viernes, 14 de abril de 2017


La espera



José Joaquín Rodríguez Lara


Noche de Viernes Santo en Salvatierra de los Barros. Ni el aire se mueve. El cielo, de terciopelo negro, le presta su manto a La Soledad. Las estrellas velan en silencio, sin atreverse a mostrar su inquietud con algún parpadeo. Aunque sea leve. En un huerto, como si fuera un monaguillo con matraca, suena un grillo que reta a sus congéneres sin obtener respuesta. Un poco más lejos, un perrillo ladra sin demasiada convicción. Y no hay más. Ni siquiera se ven navajas fugaces abriendo chirlos de luz en la cara del firmamento. Noche de Viernes Santo en Salvatierra de los Barros, noche hundida en el silencio. Se diría que la vida mira al campanario, anhelando el repique de campanas para recuperar el aliento.




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